Los tres principales miedos para innovar

Dada la importancia de la innovación para impulsar el crecimiento, los líderes innovadores no solo reconocen el papel que juega el miedo, sino que también invierten en la construcción de culturas corporativas que combinen la infraestructura necesaria para el éxito con un diseño reflexivo del viaje emocional de los empleados.
El miedo es un tema complejo y personal: lo que intimida o paraliza a algunos puede motivar a otros a actuar con valentía. Un estudio reciente de la consultora Mckinsey muestra que hay tres miedos que frenan la innovación corporativa más que otros: el miedo a las críticas, el miedo a la incertidumbre y el miedo al impacto negativo en la propia carrera.

Los resultados del estudio indican que el “miedo al impacto en la carrera profesional” es el que más influencia tiene entre los trabajadores y directivos de las empresas. Cuando creemos que nuestras decisiones pueden poner en riesgo nuestro avance profesional o compensación salarial, la aversión a “fallar” toma el control y nos impulsa a cubrir nuestras apuestas. Esto hace que los empleados se muestren reacios a invertir (o apostar) sus carreras en
innovación, y mucho menos en un solo proyecto. Los líderes innovadores tienen mucho más éxito en aliviar estas
preocupaciones profesionales al hacer de la innovación un requisito explícito del éxito profesional en sus organizaciones.

La segunda mayor barrera humana para la innovación es la dificultad para lidiar con la incertidumbre y la pérdida de control. Tales miedos desencadenan el efecto “ambigüedad”, un sesgo cognitivo que nos lleva a evitar opciones con resultados inciertos. Los ejecutivos que buscan más control sobre los resultados a menudo dan prioridad a las innovaciones incrementales que perciben como menos riesgosas o presionan a los equipos para asegurarse de que sus proyectos valdrán la pena, produciendo el resultado contraproducente de menos experimentación, ideas menos ambiciosas y menos creatividad. Para disipar su temor a la incertidumbre, algunos líderes tratan las circunstancias del mercado pasadas como predictores del desempeño futuro, una suposición riesgosa, particularmente en tiempos dinámicos.

Y por último, el miedo a la crítica , el tercer gran obstáculo para la innovación, es algo que todos sentimos en algún grado. La conformidad grupal y el tribalismo son instintos básicos de supervivencia, pero estas tendencias pueden poner en peligro el éxito de la innovación de las empresas. Este sesgo de “conformidad” nos lleva a seguir a la multitud, incluso si es en detrimento de nuestra organización y desalienta a los empleados a presentar ideas que
rompan radicalmente con las convenciones. Cuando las ideas se materializan, las personas las diluyen para que se ajusten a las normas.

Los lideres innovadores exitosos promueven en sus organizaciones la crítica abierta de ideas para minimizar el sesgo de conformidad. Si no se controlan, estos y otros temores pueden convertirse en grandes barreras culturales, transformando el entusiasmo inicial por la innovación en apatía. De hecho, los ejecutivos de las empresas con
mejor desempeño en innovación describen entornos de trabajo llenos de energía positiva y entusiasmo, e identifican la creatividad y el entusiasmo como los principales sentimientos asociados con la innovación.

Fuente: Overcoming human barriers to innovation.

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