Escuché esto hace unos días en una reunión de amigos y pedí permiso para comentarlo en un post ya que me parece muy interesante.
Se quejaba esta persona, directivo en España de una empresa multinacional, de que llevaban 5 semanas preparando “intensamente” la presentación para la visita de su CEO.
La empresa en cuestión opera en un sector moderno e innovador, y hasta donde yo conozco, es un referente en su sector.
Pues bien, esta persona comentaba, que su jefe, el Country Head de España, llevaba 5 semanas con toda su primera línea (esta persona incluida), absolutamente volcados en la presentación.
Y claro, me surgían muchas preguntas:
¿Es consciente el CEO que la organización en España está paralizada por su visita?
¿Qué hay que contarle al CEO que “cueste” 5 semanas de preparación? Lo que hacen, lo que van a hacer, los retos… ¿Tanto tiene que elaborar ese discurso su Senior Management en España?
¿Qué impacto tiene en la primera línea (y siguientes niveles) de la organización en España esta inversión (¿?) de tiempo? ¿Qué implicaciones tiene en la cultura local de la compañía estos comportamientos?
Y mientras iba narrando el relato esta persona con tono quejicoso, yo no podía evitar pensar en el concepto de “seguridad psicológica” que ya comentamos en el post anterior y que empresas como Google han señalado como el “principal factor de éxito” de los equipos.
En el contexto de complejidad y cambio que nos movemos, los líderes tienen una gran responsabilidad en generar este contexto de “seguridad psicológica” que permita al equipo aprender más rápido, adaptarse con mayor rapidez, aumentar significativamente el trabajo colaborativo, la creatividad y los niveles de compromiso y bienestar de sus miembros.
¿Tiene el Country Head la confianza de contar las cosas al CEO tal y como son? Si la respuesta es un si, ¿hace falta 5 semanas de exhaustiva preparación? ¿Quizá piensa que el CEO solo quiere escuchar buenas noticias? ¿Qué tipo de cultura de empresa promueve estos comportamientos?.
Necesitamos aprender rápido, y quizá esta es la mayor ventaja competitiva, quizá la única, de algunas empresas y para ello hay que hablar claro, sin retórica ni discursos muy elaborados.